Duele. Aquí adentro.
¿Por qué?
Porque de repente me
doy cuenta
De que es cierto eso
que dices
De que “nadie merece
tanto”.
Lo que pasa, amigo mío,
es que una vez
Dimos demasiado
Y llegados a este punto
Puede ser que ya no nos
quede
Nada dentro
O si algo queda
Por poco que sea
Lo queramos nuestro
Y no para regalar.
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