Adictos al café

jueves, 12 de junio de 2014

Desde Fifo.

Hoy he cambiado mi forma de escribir: lo hago desde mi teléfono, al que cariñosamente he apodado Fifo. Bien, que me lío y no voy a lo que voy...¡ya por fin es verano! O por lo menos ayer comenzó para mí. 


 

Después de estos últimos meses de "curro" prácticamente ininterrumpido, haciendo lo que más me gusta, llegó la época (la fatídica época) de los exámenes. Y aunque sólo tuviese uno (el último de la carrera) era El Último. Con mayúsculas. Agotamiento, ganas de acabar con la teoría (al menos de momento, porque tod@ futur@ enfermer@ sabe que deberemos seguir formándonos), ganas de poder irme a ver al Mar y tostarme con los rayitos de Lorenzo sin pensar "he de estudiar" 
Y, además...se ha hecho duro, sigo sin saber muy bien por qué pero lo ha sido. Estos meses casi pueden conmigo. Pero a base de sonrisas a las 7 de la mañana, cafés cargados de ganas y algún que otro ángel terrenal que llega para decirte firmemente "Sigue, no abandones, vive" (incluyo también a los ángeles peluditos de cuatro patas); pues a base de ellos y otros tantos detalles como la sirena de una amarilla y sus luces, conseguí convencerme a mí misma para seguir sonriendo. Y confundí a much@s. Lo siento, porque aunque en mis ojos se vea algo diferente a lo que cuento con mi sonrisa si no lo hago así no me lo creo yo misma, y esa es la idea: creérmelo para seguir adelante, para continuar con mi fuerza con mis ideales, para no quedarme estancada y vivir, que solo tenemos una vida... 


No quiero olvidar esto que siempre supe y valoré pero que hasta este año no aprendí de verdad. Y sigo aprendiéndolo. Me lo han enseñado los pacientes, aquel can a medianoche, amistades antiguas y nuevas que te dicen algo y te llegan al corazón... 


La vida, tan bonita que es y tan maravilloso regalo que sin pedirlo nos dan. Tengo suerte, lo sé. Hay personas que están peor. Así que...toca vivir día a día e intentar darle importancia a lo que lo merece y a quien lo merece. Hacer lo que me haga sentir bien y de paso no dañe a otros (porque soy así, punto) 
Vida, que solo eres una y eres jodidamente corta. Pórtate bien y déjame con poco ser feliz: déjame sonreir.