Adictos al café

miércoles, 21 de mayo de 2014

.


Qué lejos me parece que queda. Eternidad de días. 
Pero a la vez, una motivación: al final del camino
un volcán.
...Su fuego...
Y yo con mis terrenos dispuestos a arder.



domingo, 18 de mayo de 2014

Lo necesito



¿Alguna vez no te ha ocurrido que necesitas de forma imperiosa algo?

Bien, yo necesito sumergirme bajo las aguas del océano.
No tengo claro si necesito hacerlo en aguas del noroeste, esas tan frías pero que te renuevan cuando buceas en ellas...o tal vez, sea suficiente con un chapuzón en aguas más sureñas, que guardan algo más de calor pero igualmente te renuevan.

Vuelve esa sensación de "quereracabarYA", mezcla del cansancio, el agobio y un poquito de desespero. Aunque con los años he aprendido a controlarlo, siempre vuelve. Como un fantasma que se resiste a cruzar al otro lado. Y mi única arma contra  ello es esa paciencia que poco a poco he desarrollado, esa capacidad de "Siéntate y Espera", con mayúsculas. 

Cierro los ojos y casi puedo escucharte, casi puedo olerte, Mar. Necesito tu azul en mi piel, y sentir tu profundidad. Nos vemos pronto...

viernes, 9 de mayo de 2014

Nací.

   La hora de la entrada no corresponde al momento de escribirla. Me es físicamente imposible plasmar aquí unas palabras, puesto que no tengo disponibilidad de ordenador para ello, a  estas horas. Y es que aunque veas que son las 00:00 de otro 9 de mayo más, en realidad yo escribo un día antes...

Nací hace ya 23 años. Bueno, técnicamente aún sigo dentro de la barriga de mamá, porque prefería su calor al mundo exterior, hasta las 20.20 de aquella tarde primaveral en la que resonaba Vivaldi...


   En los últimos años el cumplir años no me ha hecho demasiada ilusión, por el simple hecho de que me da igual celebrarlo o no, total, es un día más. Pero quizá este último año he cambiado la percepción de muchas cosas y, como antaño, he vuelto a darle importancia a pequeños detalles como puede ser esto: el poder respirar, sentir y vivir. Quizá estudiar lo que estudio ayuda a recordar que de un momento a otro podemos no estar, porque como bien me dijo un gran profesional "Para morir solo necesitamos estar vivos". Y tan cierto como que UVI me ha enseñado que sí, que en cuestión de un suspiro se puede dejar de estar. Y que eso, que algo tan básico como respirar de lo cual no somos conscientes, es un grandísimo regalo. El día que una máquina lo tenga que hacer por mi, no quiero recordarlo. Prefiero sentir que lo hago yo, cuando me paro y pienso que el aire llena mis pulmones, y luego lo exhalo por completo. 

No, no me estoy poniendo dramática, aunque lo parezca. A veces esas pequeñas cosas que vemos, que sentimos, que nos enseñan las vivencias...nos hacen abrir los ojos y valorar la razón del propio existir. A pesar de haber pensado cierta vez que fuimos "error de cálculo", no hay mayor regalo que haberlo sido y tener la posibilidad de estar aquí. A mi madre, GRACIAS. De nuevo porque sin buscarme, me tuviste. Y en estos 23 años me has enseñado como ir siendo mejor cada día. Felicidades, que hace 23 años que fuiste mamá por primera vez. Y, aunque ya te lo haya dicho, ERES LA MEJOR. 

   Ahora, me vuelvo al quehacer. Repito que aunque sea ocho de mayo, a las dos y media de la tarde, ahora mientras aparece esta entrada en mi rinconcito del café, estoy cuidando a dos personas que necesitan mil y una atenciones...Dos personas que me están enseñando a luchar por resistir, y a valorar el mejor regalo que puedo tener: MI VIDA.