Adictos al café

miércoles, 4 de mayo de 2016

La chica del momento equivocado

Tantas otras veces lo hemos sido otras y esta vez ha sido ella, la chica del momento equivocado. Lo conociste como se conocen a esas personas que te marcan en la vida, por casualidad. En tus planes no había paradas a medio camino y, sin embargo, tiene razón eso que dicen que cuando menos se busca, más se encuentra.
Y así te lo encontraste a él, por accidente. Es de ese tipo de personas con las que conectas sin querer, sin pensar, que simplemente surge. Demasiado bueno para ser verdad, y por entonces sólo quieres aprovechar cada segundo en su compañía. Tardes de cervezas al sol y suspiros dados de la mano. Alocados, atolondrados, saliva, risas, besos. Pero sabes que algo no va bien.Simplemente lo sientes. Puedo cerrar los ojos y recordar esa sensación. Porque llegaste en el momento equivocado. Una ruptura, una larga relación tóxica, un problema familiar, un sacrificio laboral, o cualquier otro problema que se  interpone en el camino. Y es por uno de ellos, con el que no contabas, que se interpone por el medio ahogando las posibilidades.
Y es injusto cómo tienes que hacerle frente a un problema que no has causado y que no has buscado. Que tú no querías encontrártelo, que fue él quien alimentó las esperanzas. Pero esto te obliga a pararte y pensar cada paso que das. Qué palabras decir para no soltar la equivocada, qué hacer para no asfixiarle entre agobios. Te impide demostrar tus sentimientos y en momentos que te lo comerías a besos, te  puede el silencio con el nudo en la garganta.
Cuando más lo necesitas te apoyas en otras personas, pero entonces, ¿para qué lo tienes a él?
Las preguntas se te atragantan y, sin embargo, no te atreves a pronunciarlas. Y, por las noches, te quitan el sueño a base de vueltas en la cama. Que te compara y no te disfruta. Que no te quiere bien y tampoco puede hacerlo. Que tú no sabes qué hacer. Porque en parte te necesita, y en parte le sobras. Unos días tanto, otros tan poco.
Y tarde o temprano, como el equilibrio de las cosas y por su propio peso, el telón acaba cayendo. Tus sentimientos, tus opiniones, tus resentimientos y tus ganas frustradas las vomitas entre lágrimas. No querías llegara a esta situación, pero no puedes continuar así.
Por mucho que te duela, como seguro tú le doliste a otra persona, no hay manera de arreglar este estropicio. Sólo fue el momento inadecuado en el lugar equivocado con la persona correcta. Él no sabe qué decir y a ti no te queda nada más. Así que haces las maletas y te vas de su vida, con esas penas que duelen en el alma. Aun temiéndote este final, nunca esperas que duela tanto. Y créeme, a él también le duele, pero hay momentos en los que no das más.
Pero como todas las historias, cuando una acaba otra empieza, y tropiezas en la vida de alguien más. Todo sigue su curso, es tan fácil comparado a tu experiencia anterior, que simplemente no lo puedes creer. Momento y lugar correcto.
Y con el tiempo, él se cura. Por eso de que el tiempo todo lo cura. Y, un día, sin más, se acuerda de ti, de todo lo que puedo haber cambiado, de todo lo que soportaste y todo lo que le ayudaste. Y se arrepiente, de una y tantas cosas, se da cuenta de lo que tuvo y perdió, de cómo a veces las cosas no salen bien por mucho que uno se empeñe. Y en su profundo agradecimiento, suspira por aquella chica, la del momento equivocado, que ahora regala besos a otra persona.
Y durante unos segundos querrá volver, volver atrás, a hacer lo correcto. Demasiado tarde.


sábado, 12 de marzo de 2016

setiembre

" Ya quiero que llegue la parte de mi vida 
en la que llegas tú. "

viernes, 4 de marzo de 2016

microcuento.


- El amor se hace día a día, con hechos, con pequeños detalles...
+ ¿Y en la cama?
- En la cama fóllame.


#microcuento 





viernes, 15 de enero de 2016

"Puedo decirte que quizás..."

(by La Musa del Caos)

Cuántas veces idealicé que aparecieses. Tú, el hombre por quién acabaré perdiendo definitivamente la cabeza, si no lo he hecho ya. Cuántas veces cerré los ojos soñando contigo, sin conocerte aún, ni percatarme de tu existencia. Con un romance de película, de las que empiezan bien, se tuercen tontamente para finalmente y sin sorpresa de nadie, arreglarse y vivir felices para siempre. Incontables son los ratos embobada conjeturando a mi ‘príncipe azul’, que resultó no ser un príncipe sino un guerrero, pero que sin embargo el azul le gusta y le sienta mucho mejor.
Pero bien es cierto que perdí la fe, la esperanza y sobre todo las ganas de seguir imaginando. O quizás me perdí a mi misma y con ello mi utopía. Fracasos que queman y dejan cicatrices. Incasables historias pasajeras que se quedan en el aire. Decepciones, que generan indiferencia y redención ante el futuro. Negro o más bien gris, comoesos días en los que, taza de café en la mano, juraba no volver a enamorarme más. ¡Qué equivocada estaba!
Porque es justo ahí, cuando comienzas a aceptar que pasarás tu vida cocinando para una sola. Que nadie calentará tus fríos pies en la cama. Que la comodidad de tu propio mundo donde eres el único huésped se vuelve casi imprescindible. Justo ahí es cuando aparece él. Y no se va a conformar con entrar sin llamar, lo hace con soltura pero cuidadosamente.
Mi guerrero, así le definió mi mente cuando empecé a trazar el informe del chico nuevo, que se había propuesto poner mi mundo patas arriba.Porque aun después de no triunfar, volvió a la batalla, sin miedo.Valiente. También podría definirlo así, porque dejar la armadura en el perchero de la entrada no es sencillo. Ponerse la sonrisa encantadora y salir a por todas, o en este caso a por mí, no fue fácil y yo de eso sé bastante.
Así lo hizo, tras negarle una primera cita y ser yo quien se tirase a la piscina, sin manguitos ni colchonetas que me respaldasen y le sugiriese que quedásemos para tomar algo. Allí estaba con su mirada analítica y su cuerpo guardando las distancias. La persona por quien acabaría cada noche sonriendo como una boba estaba ahí, con un par de refrescos y los nervios poniendo música al encuentro. Me descolocó por completo.
Cuantas veces te imaginé y cuánto distas de aquella quimera. Pues la realidad siempre supera a la ficción. Amor. Amor es soñar contigo, conocerte y que sea cien veces mejor. Sublime. Porque ahora puedo decirte que definitivamente, quizás, o tal vez llegado el momento, seas tú para siempre y yo, tu siempre para ti.


sábado, 14 de noviembre de 2015

like Wine.



Había algo que hacía que el tiempo volase cuando estábamos juntos, y siempre se nos hiciera tarde. 
Que cualquier plan, si íbamos a coincidir, 
ya nos pareciese divertido.


martes, 3 de noviembre de 2015

es absurdo escapar de aquello que te hace feliz…

10/10.15

Te estoy mirando mientras hablas por teléfono. Sonriendo. Tus ojos miran al infinito del suelo…y no trasmiten emoción. Pero entonces, sé que escuchas la voz de quién más luz te da en esta vida, y todo cambia en un momento. Tu boca se curva, formando una sonrisa… Esa sonrisa que, a veces me dan ganas de cuidar. A veces.
Alrededor de tus ojos se forman las arruguitas que te confieren esos años de más que suelo decirte que tienes, para hacerte rabiar. Y brillan. Qué lindos se ven así…

Durante una milésima de segundo, tus ojos se cruzan con los mios, intercambiando una mirada.

Suspiro.

Y pienso que bendito sea vivir el momento, disfrutar de estos pequeños gestos, de las risas y la complicidad que muchas veces se genera sin nosotros esperarla… Y desecho de mi mente aquello de “mejor no vernos tanto”, porque si nos vemos, y es tanto, es porque ha de ser así. Porque es absurdo escapar de aquello que te hace feliz…


Que lo importante es vivirlo ahora. Que yo, no sé mañana….

martes, 29 de septiembre de 2015

Corazón de mimbre.



"Ya lo dice Marea, con su maravilloso Corazón de mimbre: 'nos querremos más que nadie pa que no corra ni el aire entre tú y yo.' 
Y vaya si nos quisimos, tanto que no corría ni el aire, ni siquiera helaba el frío de aquella noche que se hizo día a bajo cero. Pero cuanto más frío más te apretabas y más me repetías aquello de: "esto no me ha pasado nunca". 
Y ahora que te has ido, no sé qué creer, si es cierto eso de que hay personas que mienten con una facilidad asombrosa, que los tópicos son verdaderos, que eres uno más del que me llevo una lección, que, ciertamente, a estas alturas, ni siquiera me interesa. O pensar que sí que me quisiste aquella vez y las mil anteriores, que de verdad no querías que se acabara el tiempo juntos, que la vida te ha sorprendido tanto como a mí, que has descubierto que el destino existe y los planes se rompen sin preguntar. Pensar, tal vez, que el miedo te puede, que desconfías de mi independencia y te acojona que nunca te necesite del todo.
Y es cierto, yo no te necesito, pero te quiero. Te quiero conmigo desde que nos chocamos y me dijiste: no puedo aguantar más. Y vi que eras débil por mí, pero no te equivoques, tú tampoco me necesitabas, me querías. Me elegiste durante todos los momentos en que besabas mi boca y mi piel, ajeno a un mundo que estabas destruyendo. Y me seguiste eligiendo después, cuando decidiste no arrepentirte de haberme querido, cuando sonriendo decías que volverías a repetir cada momento conmigo. 
No, no te necesito, porque necesitar es la peor forma de amor que conozco. Porque quien se necesita se destruye, se apodera, se aprovecha, se intoxica. Quien necesita no elige, no crece, no admira. Yo te quiero y no sabes cuánto lamento que no estés acostumbrado a que te quieran libre. Te quiero y te elijo porque me pareces mejor que cualquier otra opción, porque contigo he sido tan feliz que aún no sé cómo contarlo. Te elijo por la naturalidad con la que me dejaste ser yo misma, por no tener miedo a decirnos lo que pensábamos, por confesarnos importantes, por saber besar con tanto mimo. Esta es mi forma de querer. Elegir, elegirte cada día, incluso sino te veo. Saber que conversar contigo es mejor que viajar en barco con cualquier otro. Y en eso, es en lo que vamos a volver a caer, volveremos a querernos más que nadie, a no dejar pasar el aire, aunque el frío se convierta en primavera, aunque los besos bajo el sol retornen a nuestra vida y los meses corran tan rápido que nos dé vértigo tanto tiempo compartido. También sé que no tardarás mucho en no ver a nadie más que a mí cuando cierres los ojos, que las noches te convertirán en ese hombre canalla que se pregunta dónde me he metido pero no se atreve a descolgar el teléfono. Y yo te seguiré dejando que me elijas, porque sé que nadie renuncia nunca al adictivo placer de la libertad."

martes, 22 de septiembre de 2015

"Y si..." (Atrévete a intentarlo)

¿Y si?
[“Y” y “Sí” son tres letras que en sí mismas no suponen ninguna amenaza. Pero si las colocamos juntas, una al lado de la otra, podrían atormentarnos el resto de nuestra vida. ¿Y si?, ¿y si?]
 (Cartas a Julieta)
Hace tiempo que por mi cabeza ronda la idea de escribir algo con fundamento acerca de esta pregunta que en muchas ocasiones todos nos hemos hecho alguna vez. Esa que, seguida de unos puntos suspensivos, y una mirada perdida al cielo, no terminamos. Guardamos dentro aquello que no nos atrevemos a formular por¿miedo? Puede ser.
¿Y si no sale bien? ¿Y si me equivoco?
Las dudas nos paralizan. Atacan silenciosas, de forma inconsciente cuando dormimos. Y de repente, si nos dicen algo, o escuchamos cierta canción, o leemos un textoBOOM. La realidad que te rodea se desmorona. Y llega el miedo, sin ser invitado, para sumarse a los contra que se posan sobre la balanza de tus “y si”.

Esta fatídica pregunta puede ser aplicada para muchos temas. Pero yo me voy a centrar en las relaciones. Las relaciones Algo tan simple como una conexión que se crea de la nada, por una simple casualidad (o, si lo prefieres, por destino). No podemos saber si se sucederá en el momento adecuado para ambos componentes, en este caso, del binomio. Pero ocurre en cierto tiempo y espacio, con un fin que muchas veces en sus inicios, no se sabe ni es comprendido. Suele entablar correspondencia, pudiendo ser de parentesco, amistad, amorosas, de trabajo En algunas no siempre se recibe lo que se da, y muere la perfección que podía suponer ese intercambio. A veces, por más que se intenta, esa relación se pierde. Otras, con el tiempo se hacen más fuertes. Y no necesitan de halagos continuos para endurecerse. Basta con querer ser y estar para tu conexión, para tu amistad. Para lo que sea en que estés pensando.

El “¿y si?” entraña duda. La duda implica un quizás, lo cual considera posibilidad de que no sea seguro lo que se afirma. Y esta inseguridad genera un sentimiento de desconfianza al saber que puede ser que ocurra un hecho contrario a lo que se desea. Es decir, aparece el miedo.
Si algo no depende de nosotros, peor aún. Se le achaca al tiempo el obtener una respuesta para aquello de la que no lo disponemos. “Tiempo al tiempo”, te dicen como consejo para que no te agobies e intentes sobrellevarlo. Pero el tiempo no nos devuelve aquello que hemos perdido, ni a un familiar fallecido, ni a una amistad que se ha alejado, ni mucho menos un amor que se dejó escapar. Dicen que lo que está para uno, a uno regresa. Pero ¿qué pasa cuando nuestro destino nos toca en la puerta, y no queremos (o no sabemos) recibirle? Las dudas, esos quizás que golpean la mente acompañados de los ¿y si ?. Y el tren se aleja del andén, y tú sigues replanteándote si subir, o no. Y si .

No soy partidaria de la presión y los agobios cuando de lo sentimental se trata. Aunque si soy realista, es mejor armarse de valor y arriesgarse, que aunque la marea esté baja, no por ello tienen que haber piedras en el fondo: puede haber un magnífico arenal que amortigüe tu zambullida. Si bien no lo sabrás si no te lanzas al agua.

Puedes elegir mirar hacia otra parte, dejar que se te escape justo delante de tus mismas narices aquello que siempre deseaste. O tal vez debas poner todo tu empeño en combatir por ello, porque la otra parte no te lo va a poner fácil. Lo más probable es que solo tengas esta ocasión, que no se vuelva a presentar Y no debería ser perdido ese escaso y volátil tiempo del que se dispone, porque mientras tanto perderemos la razón de nuestro “y si”, creyendo que podemos dejar para mañana esa situación que nos incomoda con un simple “ya iré viendo que es lo que pasa”, sin atar los cabos que mantienen el navío en puerto; creyendo que la solución a nuestra fatídica pregunta inconclusa y no formulada en alto llegará caída del cielo, o en algún momento de revelación divina. Y no. Siento decirte que no.

Que no llegará esa respuesta clara y precisa que necesitas. Que si de verdad algo te importa, aunque sea lo más mínimo, eres tú quien deba accionar el botón que haga que todo se ponga en movimiento. Los cobardes me dirán que no depende de ellos, que por mucho que hagan y digan, no servirá de nada porque lo que ellos hagan no influenciará en el resultado. Y yo les digo que eso no es así, porque cada pequeña acción que llevemos a cabo será decisiva para que ayude o no a conseguir llegar a  algún punto que nos solucione en parte o por completo nuestro “teorema matemático”, reto complicado o descifrar aquello que no entendemos (Nuestros ¿y si?).

Los que tengan el coraje de intentarlo, de probar y arriesgar a ver qué ocurre, esos tendrán posiblemente aquello que buscan. La respuesta a su pregunta. ¿Y si me arriesgo y sale mal? Plantéatelo diferente. ¿Y si te arriesgas ysale bien? ¿Vas a quedarte con la duda toda tu vida porque crees que algo que ocurrió en el pasado se volverá a repetir?
Quizá tengas delante al amor de tu vida y lo estés perdiendo a cada minuto que pasas sin arriesgarte a caminar. No hace falta que des un paso adelante: con que camines a su lado, va bien. No tengas prisa, que ir despacio mientras se llegue a un destino, aunque no se sepa cuándo se va a llegar, también es válido. Lo importante es el viaje, y que el viajero quiera disfrutarlo. Admirar el paisaje.

No te prives de compartir tus inquietudes con quien te gusta. Que si, por ejemplo, te apetece abrazarle en medio de una muchedumbre, aunque no sea lo normal en ti, hazlo. No te quedes con las ganas. Lánzate de cabeza aunque creas que no vas a saber flotar. Tal vez, y para tu sorpresa, te ayuden a mantenerte a flote. Porque piensa que no solo tu tendrás dudas: la otra parte también tiene sus particulares “y si”.


En la mayoría de los casos, no estamos seguros de dar un paso al frente en lo que a empezar una relación se refiere. Aunque todo marche genial, fantástico y maravilloso. La inseguridad está ahí, y muchas veces no sabemos cómo responder ante ella. Por el miedo. Y nos asalta a bocajarro, sin preguntar. “Qué pasaría si?” Y nos quedamos callados, la pregunta en el aire. Empezar de nuevo supone asomarnos a un abismo y mirar hacia abajo, y veroscuridad. Y esto, aterroriza.

Es prácticamente utópico pretender que no se establecerán diferencias entre lo que vivimos anteriormente y lo que tenemos en el presente. Pero lo cierto es que no debemos comparar, aún así no podemos evitar fijarnos en pequeños detalles que nos damos cuenta de que quien estuvo con nosotros anteriormente, no tenía. Y quien ahora nos ocupa el puesto número uno del whatsapp, si. Quienes han sufrido ventorales y tormentas en su(s) relación(es) pasada(s), se quedan anonadados, impresionados, patidifusoscuando alguien les trata bien, cuando se topan con una mente más abierta de lo imaginado, cuando ven que alguien no pretende apropiarse de ellos como si fuesen una posesión y lo que hace es darle alas para que vuele un poco más. Cualquier tipo de detalle se percibe como no merecido, muchas veces. Y es una pena inmensa, porque todos y cada uno de nosotros merecemos poder disfrutar de una relación con alguien que nos quiere y respeta nuestra libertad. Porque, como leí no hace mucho “si no, no es una relación: es una condena”.


Cada nueva relación es diferente. Puede ser porque con el paso del tiempo maduramos, adquirimos experiencias Aprendemos a ser capaces de ver las cosas desde varios puntos de vista, lograr tener empatía y conseguir “que las discusiones no sean discusiones, sino debates buscando soluciones”, con argumentos sólidos, aclarando cada punto que pueda suponer un error de entendimiento, todo desde el diálogo sincero y con respeto. Madurar a través de la experiencia es ese momento en el que empezamos a asumir errores, porque no somos perfectos. Por supuesto que en el intento de hacer las cosas bien, fallaremos y meteremos la pata, haremos daño. Habrán problemas. Pero, ¿cuándo en cualquier tipo de relación no los hay? Independientemente de que sea relación de pareja, amistad, familiaraceptar y reconocer el error propio hace que todo se encauce, se encamine. Porque “cuando hay que hablar de dos siempre es mejor empezar por uno mismo”.

En una nueva relación, se quiere de manera diferente. Vas con pies de plomo, despacio y con prudencia. Muchas veces, desconfiando. Aunque sea una manera de protegernos, es un sentimiento que es mejor poco a poco ir haciendo desaparecer, porque de lo contrario terminará por ahogarnos.

La parte buena de  todo esto es que una nueva relación te aporta algo, y por eso merece la pena. En muchas ocasiones, se tienen todas las papeletas para que las cosas salgan bien, y no somos conscientes de ello. Y en el caso de que no sea así, de que por alguna razón salga mal, quédate con haberlo intentado. Dile adiós a esos “y si” que no dejan de rondarte la mente, esos que te impiden probar si algo funciona (o no), y no te quedes con la duda. Porque a muchas cosas en esta vida hay que echarle valor.
ATRÉVETE A INTENTARLO.



RaquelCDorta

viernes, 21 de agosto de 2015

Momento(s)

momento:
1. Espacio de tiempo muy breve.
2. Tiempo puntual en el que se sucede o se realiza una cosa.
Sinónimo: instante



Hace ya algunos meses, conocí a alguien. Pronto descubrí, a base de meras observaciones y pequeños detalles, que esa persona adoraba los momentos tanto como yo. Les otorgaba valor en función de lo que le removiese dentro, de lo que le hiciese sentir. O eso creo. Al menos, yo así lo hago. 



No sé si tal vez a tí, que lees estas palabras, te ha ocurrido que un simple instante en el que compartes lo más cotidiano del mundo con alguien, te alegra el día. Me ha ocurrido que tras una mañana de agobio, de estrés y de querer mandar el mundo al carajo, llegue la persona menos pensada y me regale una sonrisa. Un momento. Pero tiene más significado (o importancia) cuando esa persona es alguien a quien aprecias. 
Puedes tener a esa persona en otra localización geográfica diferente, no poder rozar su piel ni acariciarla si a así te lo pide el alma, pero...con las tecnologías de las que disponemos, un simple mensaje puede hacer que se dibuje en la cara la mayor de las sonrisas. Porque cuando tu teléfono hace "tirorí" y ves en pantalla su nombre, reconoces que te alegra. Y ese mensaje, foto, o audio...es un "estoy aquí", o un "me acuerdo de tí". Sin importar la distancia, también se pueden crear momentos.



Evidentemente, valoro más los vividos en persona. Sobre todo porque es posible ver la expresión de la persona que te acompaña: el brillo de sus ojos cuando te cuenta algo que le trae buenos recuerdos, su sonrisa pícara si bromea contigo, la textura de su piel suave... Y da igual de qué se hable, porque la excusa siempre puede ser abrir una botella de vino una noche de miércoles porque sí. Porque apetece. Y se crea un instante con nombre. Un flor de Chasna rosado, por ejemplo. Pero puede llamarse como tú quieras. O simplemente no ponerle nombre, pues tu sabes lo que para tí significa.



Muchas veces no vemos, o no valoramos estos sencillos minutos en los que la nada puede significar todo, en los que el más insignificante detalle puede cobrar una importancia brutal que marque tu recuerdo y al evocarlo, sientas ese momento como si de nuevo volvieses a él.



En concreto, al escribir esto ahora, si cierro los ojos y canto cierta canción, puedo volver a aquella noche lluviosa de febrero en la que jamás imaginé bailar acompañada, y puedo volver a sentir el tacto de la ropa de mi acompañante, su olor, la febril temperatura de su piel, y hasta consigo escuchar su voz cantándome al oído aquellas notas que, sin imaginarlo, marcaron con M mayúscula un Momento. Un punto de inflexión en la vida de ambos.



Y aquí me hallo: vomitando palabras a las que no termino de encontrarles el sentido. Y de casualidad encontrándome con un quince de enero de hace cinco años. Y con las palabras más bonitas que podemos decir si las sentimos de verdad. Y enseguida pienso en esas páginas que guardan "Momentos" y que pronto verán la luz. Luz, y brillo, para la oscuridad de la Noche que se acerca sigilosa. Noche que en cada ocaso, vuelve llena de estrellas. 





miércoles, 19 de agosto de 2015

Lo que tu prefieres.

A veces la inmensidad nos asusta. Tanto que lo incierto, nos desarma. No entendemos un por que, y ya nos sentimos indefensos. 

Queremos controlarlo todo, intentar anticipar nos pero a veces no es posible.

Y simplemente es que a veces sucede, y no podemos escapar de lo que la vida nos cruza en el camino cualquier noche aleatoria de febrero.
 

Si quieres, puedes llamarlo destino, o tal vez sea lo ultimo que esperases que te descuadrara los esquemas.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Anticipación.

¿Alguna vez te ha ocurrido que te anticipas a algo que está por llegar? 
Me refiero a esperar una fecha, señalada en tu almanaque, con ilusión.

No me gusta que el tiempo vuelve...pero, por una vez, tengo ganas de que llegue ese día. Y ver qué ocurre cuando lo que desde mayo va caminando, se vuelva una realidad...


martes, 21 de julio de 2015

Rompiendo esquemas.

Cambiando el rumbo de una vida.

5.

Te diste cuenta hace meses.
Y ahora cierras los ojos, o intentas hacer creer que los cierras.
Pero sigues con ellos muy abiertos.
Y ves lo mismo que yo:
cielos llenos de estrellas.

martes, 14 de julio de 2015

Vuela.





Llevo días intentando escribir algo con fundamento. Y debe ser que como es verano, mis musas están en la playa y no quieren venir a inspirarme. Se me hace algo complejo encontrar las palabras para, de forma sencilla, reflejar sentimientos. Tal vez sea porque no hay sencillez en ellos. La mente alberga Caos tan grandes que ni la mayor Paz encontrada puede calmarlos. Pero no he venido a hablar de eso...si no de tí. 
Sí, no mires a los lados, ni detrás tuya. Llévate la mano al pecho, por que sí, ahí reside (desde mucho antes, y desde hace poco también) lo que motiva estas palabras. 

Aún recuerdo con claridad el día en el que me dijiste que te gustaba un dibujo, pero que carecía de significado. Tampoco olvido el momento en el que me confesaste que te encantaba el diamante que para siempre me acompañará. Y cuando te dije mi palabra favorita. Uniendo todo eso...vuelvo a tu pecho. Sobre de él, el significado, el por qué. Bajo el, latiendo...el corazón. El motor. 

Mil vueltas le di, a veces concientemente, a veces sin querer. Buscándole un sentido. Y entonces... "que nada ni nadie te ate, que no te impidan alzar el vuelo e ir a donde desees, vivir y perseguir sueños". Por mucho que digas que no eres un soñador, mientes. Pero a la bruja no la engañas. Todos tenemos sueños, independientemente que los manifestemos o no. O aunque hayamos dejado de creer en ellos por circunstancias de la vida. 

Vuela. Siempre que puedas. Y aunque no puedas, también. Que si te falta impulso, yo no sé mañana pero...por mi parte, te lo daré. Porque para eso están los amigos. Y dudo mucho que, tras diversas casualidades (o llámalo destino), yo me vaya a alejar. ¿Sabes por qué? Pues porque cuando encuentro a personas que me aportan algo a mi ser, y además puedo considerarlas amistad...intento no descuidarlas. Las fiestas vienen solas y traen de mano a mil y un individuos que se apuntan. Pero cuando la pena asoma, fíjate quien se queda a tu lado. Me repito: yo no sé mañana. Dónde estaré, ni con quién. Pero si te has ganado un pedazo de mi corazón, aunque hayas volado hasta la otra punta del mundo, seguiré estando cerca por si es necesario, darte aún si cabe más alas. Para que sigas volando, aunque sea en medio de un ventoral que te desestabilice. Eso es lo que más me importa. Que seas feliz, y ojalá encuentres la graja que te complemente el vuelo; que te siga y acompañe a pesar de que lejos de casa no se esté del todo bien. Que te cuide. Y que también te de alas. 




vuela..

lunes, 29 de junio de 2015

just peace.

   Hoy es una de esa noches de lunes en las que parece que es una tranquila tarde de domingo. El calor no ha dado tregua en todo el día, y aunque lo ideal hubiese sido estar en la playa escuchando el murmullo del mar bien cerquita, opté por quedarme en casa y dormir. Ahora, mientras veo una peli, temo que me den las tantas de la madrugada en  este sillón. Pero bueno, por una vez...



Desde hace unos días, concretamente una noche en la que me liberé un poco y tuve una conversación que sentía pendiente y con cierto aire "vital", me siento en paz. Quizá más relajada, más "yo", otra vez. Me sentó realmente bien hablar con quien lo hice, dejar si cabe un poco más claro este enredo que nos mantiene unidos de algún modo. Y simplemente, ser uno mismo y dar lo que se sienta que debe darse. O al menos así lo entiendo yo. 

Estos dos últimos meses atrás han sido un completo caos. Como si de una montaña rusa se tratase, mi vida ha sufrido muchos altibajos,  y eso lo ha pagado mi salud. Y sobre todo, mi estabilidad emocional. 
Pero la tormenta amaina, y al final entre las nubes grises acaba saliendo el sol. Siempre lo hace. Y aunque se reciba una de cal, existe la otra de arena. Todo llega, aunque cueste. 

Respiro. El aire es caliente, pero una leve brisa se levanta. Cierro los ojos. 
Me encanta mi casa. Mi tranquilidad. Aunque echo de menos algo...o a alguien.


y es que... "tu tan Paz, yo tan Caos".



sábado, 20 de junio de 2015

,


No me pidas más de lo que yo puedo darte 
Y seguramente todo te lo daré. 
Deja que hable el corazón.. Déjalo ser. 


mis ojos, solo busca en tus ojos.
mirarnos sin ojos, si hay que mirar...

despierta hasta las 4 am.


Lo que no te mata:
Deja cicatrices
Arruina tus pulmones
Seca todas tus lágrimas
O te deja despierta hasta las 4 de la mañana deseando no estar viva.



O te destroza el higado, o te provoca un insomnio mayor al de las 4 a.m.
Puta mente, como la juega. 




domingo, 31 de mayo de 2015



"Tú y tu mirada de parecer inmune a todo. Pero no"

Nadie es inmune a todo. Otra cosa es que se pretenda parecerlo, en un intento de autoengaño para no perder la poca fuerza que uno lleve consigo. Los demás no tienen por qué saber si nos derrumbamos por dentro. A mi, personalmente, no me gusta que se sepa. Aunque si es verdad que existen estrellas que en medio de cualquier noche inesperada te preguntan dónde se ha ido el brillo de tus ojos, y entonces te das cuenta de que tu mirada de inmunidad no es tan creíble como intentas aparentar. 




viernes, 1 de mayo de 2015

jueves, 30 de abril de 2015

nza

Aquella noche no tenía intenciones de conocer nuevos mundos. Créeme cuando te digo que cualquier geografía que se presentase ante mis ojos, me resultaba meramente aburrida.

Sin imaginarlo, descubrí tu paisaje. Esa mirada fulminante, la típica excusa del teléfono y una canción.
Tu mirada se perdía hacia la izquierda, cayendo tus pestañas a la vez que tus muros. Y que los míos. Pero entonces no lo sabíamos. (y ahora tampoco, solo que nos encanta hacernos los locos)

Es más que posible que ya nos hubiésemos cruzado antes, sin ser conscientes de ello, por la ciudad en la que vivimos. O en nuestro local de fiesta favorito. ¿Cuántas noches no iríamos a beber allí, y estaríamos cuerpo con cuerpo sin apreciar la cercanía? 

Pero fue aquel febrero, cuando no esperábamos nada (o por lo menos yo) cuando chocamos. Cuando, en medio de la multitud se me ocurrió pensar en alto y contestarle a la pregunta que sonaba en la canción en ese momento. Tus ojos se abrieron de par en par preguntándome. qué había dicho. Pues eso
Y juntarnos más (si es que se podía), bailar y mirarnos hondamente a los ojos.

En aquella calle me robaste el beso. Que gustosa correspondí, evidentemente. Desprendías una energía que atraía a mi anatomía, como si del satélite lunar a la tierra se tratase. A distancia fija, pero con atracción continua. (tienes un imán, y lo sabes)

Sin darnos cuenta, empezamos a frecuentarnos. Cada vez más, porque buscábamos cualquier excusa para compartir un rato juntos. Sin duda, el vino fue la mejor de las posibles para disfrutar el momento.

Somos dos almas libres, como dijo la morena. Aún así, toda alma libre anhela en el fondo compartir su libertad con otra alma que sea capaz de entenderla, y respetarla. Esa capacidad de comprensión es otra de las cosas que añadiría a la lista de lo que me gusta de ti. Eres capaz de crear de la nada un universo, y hacer que me sienta cómoda en él siendo yo misma.


Por eso algo me dice que no me equivoco cuando a medianoche abro los ojos y te veo sonreír en sueños, y entonces me dan ganas de decirte que[to be continued]







martes, 21 de abril de 2015

Serendipia.

Una amiga me dijo hace unos días que serendipia es ese momento en el que encuentras algo que dabas por perdido o no esperabas encontrar, mientras buscas otra cosa...
Y entonces, me dio por pensar.

Porque yo iba por la vida buscando un "nosequé", que sé yo... Buscaba un estar más que bien sola, y no necesitar nada de nadie; ir de acá para allá y disfrutar de cada momento, con quienes quisieran compartirlo. Sin lágrimas, y con muchas risas. Sin nada ni nadie ajeno en mis planes. Solo y únicamente yo. Sin más.






Y creo que he encontrado algo.







Según algunas definiciones, se conoce como SERENDIPIA al "hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual" (Como por ejemplo, el descubrimiento de la penicilina). También es posible encontrar la definición como "la facultad de descubrir inesperadamente algo distinto a lo que se buscaba, y percatare de su importancia" (fundamentalmente en la actividad investigadora).




Eres una serendipia en toda regla. 
Y no sabes la de sonrisas que eso me provoca cuando lo pienso.