A veces la inmensidad
nos asusta. Tanto que lo incierto, nos desarma. No entendemos un por que, y ya
nos sentimos indefensos.
Queremos controlarlo
todo, intentar anticipar nos pero a veces no es posible.
Y simplemente es que a veces sucede, y no podemos escapar de lo que la vida nos cruza en el camino cualquier noche aleatoria de febrero.
Si quieres, puedes
llamarlo destino, o tal vez sea lo ultimo que esperases que te descuadrara los
esquemas.
Dicen que todo pasa por algo, ¿no?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
http://bailandoenlacornisadelpiso23.blogspot.com.es/
Un beso!
Eso dicen, jeje.
EliminarYa mismito paso a leerte.