Un día te despiertas y te das cuenta de que algo dentro de tí se ha roto. Algo ha cambiado, no sientes igual. En esencia sigues siendo la misma, pero...algo falla. Y lo peor es que duele. No tienes ni idea de cómo arreglarlo. Pero decides seguir adelante, con una enorme sonrisa en tu cara, para que no se note. Para SOBREVIVIR a ese sentimiento que te desgarra por dentro. Porque siempre fuiste fuerte, y una luchadora. Y aunque a penas queden ganas de seguir has de seguir fiel a tus principios. No abandones. Sigue sonriendo. "Sigue nadando".
Busqué unos ojos, y los encontré. Tomé una mano, y me acerqué. Me dijeron: "Este es tu sitio, ésta es tu taza de café. No digas nada,dices con la mirada más de lo que crees." Iba a la deriva, llevando mi alma en el timón. Iba por la vida sólo escuchando a mi corazón; buscando un puerto y un cielo abierto lejos del dolor. Hice tanto camino, buscándome en otra piel. Y a mi destino quise mantenerme fiel. Una princesa herida a la que el teatro de la vida le cambia su papel. Esa es... Raquel.
viernes, 25 de mayo de 2012
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