Adictos al café

martes, 10 de febrero de 2015

La crisis de los veintipocos.

Esta mañana iba en el coche, haciéndole de copiloto a mi madre. Cuando no conduces, te fijas más en detalles que no te detienes a mirar yendo al volante. Mientras íbamos por la avenida general de mi pueblo, vi a una chica no mucho mayor que yo (quizá uno, dos, o tres años) embarazada. He de decir que iba medio dormida, y sin desayunar porque me había hecho una analítica, por lo que mi estado alerta era nulo, ¿vale? Pues bien, volviendo al momento embarazada, fue ese instante en el que se abrieron mis ojos de par en par de los pares, muy grandes. “¿ESTÁ EMBARAZADA?” Joder, como si hubiese visto un alien. Ya sé que suena exagerado pero, fue entonces cuando me paré a pensar enserio lo que le dije a alguien unos días atrás y es que “solo me quedan seis años para los treinta”. SEIS. S-E-I-S. SEEEIIIS   Que alguien me despierte y me explique en qué momento voy a cumplir veinticuatro, si fue ayer cuando entré en la carrera (con veinte), si antes de ayer cuando me saqué el carnet (con dieciocho), si fue la semana pasada cuando aún estaba en la ESO (con quince-dieciséis), si fue el mes pasado cuando estaba en primaria aprendiendo inglés (ocho años, mi profe era pelirroja pero no recuerdo su nombre. Olía rico, tiene o tenía una perfumería). Sigo en stand by porque fue hace seis meses cuando supe lo que era leer (con doña Paula, en preescolar), y fue hace un año cuando nací.



He aquí mi “minicrisis” de los veintipocos. Que aún me queda un año y tres meses para cumplir un cuarto de siglo y ya estoy así. ¿Qué será de mí? Si mis amigos de treinta y pocos/muchos se llevan las manos a la cabeza diciéndome lo insuficiente que han hecho con su vida a esas alturas, miedo me da que yo, con diez años menos, no la sepa aprovechar. Visto y dicho así, he vivido un carajo. Queda mucha carretera por conducir, mucha rueda que quemar. Recuerdo mi "always twenty-one", y  aunque extrañe esa edad, lo mejor está por llegar. Fuerza de donde sea, y a improvisar.

by Adrián Glez Fotografía. Edición RCD.

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