Adictos al café

lunes, 10 de marzo de 2014

Vión.


   Cuando me sobrevuelan no puedo evitar mirarlos. Tan grandes que son, y tan chiquititos que se ven ahí arriba... Me dan ganas de atraparlos; con uno sólo me basta. Para poder volar hacia donde más me apetece estar ahora mismo. Lejitos de casa, casi lo opuesto pero...que siento como hogar. Porque hay veces que los latidos de un corazón suenan como la risa de mamá: algo conocido, algo que da paz, algo que te hace sentir que no pasará nada... 



No hay comentarios:

Publicar un comentario