Sus ojos brillaron en medio de aquella oscuridad, reflejando el deseo que guardaba en su interior, mostrando aquellas palabras que su boca no se atrevía a decir. Su miedo le impedía hablar, aunque se moría por susurrarle al oído "quédate conmigo". Le miraba y sentía una ternura infinita, ganas inmensas de abrazarle y no soltarle; ganas de acariciarle hasta que se duerma. Provocaba en ella esas ganas de ser muchas cosas, de sentir mil emociones, de volver a ser aquella chica risueña y cariñosa que una vez fue. Quiere compartir con él su mundo, quiere enseñarle lo que es, quien es. Y también desea ver más allá de sus profundidades azules, para saber que le espera en esas noches de despedidas eternas.
Busqué unos ojos, y los encontré. Tomé una mano, y me acerqué. Me dijeron: "Este es tu sitio, ésta es tu taza de café. No digas nada,dices con la mirada más de lo que crees." Iba a la deriva, llevando mi alma en el timón. Iba por la vida sólo escuchando a mi corazón; buscando un puerto y un cielo abierto lejos del dolor. Hice tanto camino, buscándome en otra piel. Y a mi destino quise mantenerme fiel. Una princesa herida a la que el teatro de la vida le cambia su papel. Esa es... Raquel.
jueves, 30 de agosto de 2012
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Me ha gustado mucho! Escribes muuuuy bien!^^
ResponderEliminarGracias!
EliminarHOLA! EN PRIMER LUGAR, ME GUSTA MUCHO COMO ESCRIBES Y EN SEGUNDO LUGAR TU BLOG ES TAN BUENO QUE HAS GANADO UN PREMIO, LO TIENES EN MI BLOG: http://lluviadeoto.blogspot.com.es/ FELICIDADES Y UN BESITO(:
ResponderEliminarMuchas gracias Otoño! voy a cotillear tu blog ^^
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