Adictos al café

viernes, 30 de marzo de 2012

Último viernes de un marzo totalmente atípico


   Buenos días. Hoy es un día diferente. Sí, así como lo digo. ¿Que por qué? En realidad creo que por nada en especial, simplemente por ser un día más, por estar viva. Hacía tiempo que no escribía por aquí nada más amanecer, y mucho menos tan temprano, un viernes. Me está costando ponerme en movimiento, pues tengo mucho cansancio acumulado y pocas ganas de salir: me apetece quedarme en casita enroscada en una manta viendo la tele. ¡Pero no! En el momento que termine de escribir esto iré directa a la ducha, para despertarme aún más si cabe con agua tibia. He de salir y hacer millones de cosas. Bueno vale, tanto como millones no, pero sí unas cuantas. Me espera un día movidito, por eso ya tomé mi correspondiente café con leche y su toque de canela, para estar bien cargada, y ganar algo de energía. 
   
   Lo dicho: me voy a la ducha. El sol comienza a asomar tímido, y no voy a llegar tarde a mi cita con sus tenues rayos. Saldré a la calle y, ¿por qué no? Me comeré al mundo, aunque sea a mordisquitos. 

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