
En medio de la nada de ninguna parte, bajo la borrosa mirada de una Luna escondida tras las nubes que no dejaban entrever el brillo de las estrellas, se sucedieron los andares de esos besos por los caminos de sus cuellos. Suspiros, y miradas que hablaban. Y más abrazos. Y un "me alejo pero no quiero irme de tu lado". Porque eso tiene Julia: que te atrapa, y ya no puedes soltarte.